Todo el mundo la sabe hacer y el que nunca la ha hecho seguro

que más tarde o más temprano le coge el truquito.

Aquí te doy yo mis consejos para que te quede así de rica y jugosa.

 

 

 

 

INGREDIENTES (4 P)

 

4 patatas medianas

(las mejores para freír son las

compactas de maduración tardía como

la patata amarilla o la agria)

8 huevos (los mejores los de campo)

1 cebolla pequeña (opcional)

Aceite de oliva virgen

Sal

 

 

 

 

 

 

 

 

ELABORACIÓN

 

Empezamos pelando y cortando las patatas en cuadritos pequeños, las tenemos en agua al menos unos minutos para que suelten el almidón y las escurrimos bien en papel absorbente. Seguidamente las freímos en abundante aceite caliente sin que lleguen a dorarse del todo, más bien que queden blanditas. Las mantenemos escurriendo el aceite en papel absorbente y dejamos atemperar. Si la queremos con cebolla, que está deliciosa, incorporaremos la cebolla picada fina a las patatas en los últimos minutos de terminar estas.

 

Por otro lado, vamos a preparar los huevos que los abriremos en un bol y batiremos enérgicamente. Los huevos de campo son los mejores ya que pertenezcan a gallinas criadas en corrales donde comen lo que se encuentran por el campo, esto se nota en su color y, especialmente, en su sabor.

 

Por último, mezclamos las patatas con los huevos y ajustamos de sal al gusto y en una sartén antiadherente vamos a proceder a montar la tortilla, eso si, a fuego bajo para que se haga perfectamente. Cuando notemos que la parte de abajo se nos ha cuajado la giramos con un plato llano y la terminamos por el otro. 

 

A casi todo el mundo le gusta más la tortilla jugosa que seca, por eso peca más de dejarla casi sin hacer que cocida del todo y no te preocupes que cada vez que la hagas te saldrá mejor aún!!